Niño de Elche y las paradojas del arte




Hoy aparece publicada en Diari de Terrassa la entrevista hecha vía correo electrónico al músico Niño de Elche. La entrevista aparece traducida al catalán del castellano, pero para quienes quieran degustar las palabras literales de Niño de Elche, he aquí la entrevista original.





¿Qué es lo que le empujó a contactar con Eblis Alvárez, qué esperaba de ese encuentro y qué sorpresas ha acabado descubriendo?

Llevaba tiempo siguiendo a la banda Meridian Brothers porque me intrigaba mucho conocer el lugar desde donde trabajaban y su manera tan particular de componer donde se percibía un gusto por el pasado pero con un compromiso por la experimentación muy poco vista actualmente en propuestas latino americanas. Cuando escuché una entrevista a su líder, Eblis Álvarez, hablando de Cage, Einsturzende Neubauten o Ligeti, entendí que sus posiciones de partida en lo artístico podrían estar cercanas a las mías. A partir de aquí, todo fue un proceso fascinante de aprendizaje y desplazamiento no sólo en lo musical.


Dice usted que "Colombiana" no responde estrictamente a los conceptos de fusión o mestizaje (algo que es evidente al escuchar el disco), sino que es más bien una "terapia de choque". ¿A qué se refiere?

La perversa y mal llamada World Music, al ser una marca creada por una serie de sellos discográficos para limpiar conciencias colonialistas y de ahí rentabilizar la culpa en papel moneda, hizo de esa máquina de hacer dinero un originar encuentros entre músicos, faltos de procesos radicales y trascendentales más allá de meras conexiones melódicas o rítmicas sin escarbar en lo paradójico de todo ello. Yo, al ser un contrario de dichas propuestas, evidente por mi respuesta, entendí que el proceso de creación del disco y su estética deberían de estar alejadas de estas posiciones socialdemócratas que no ayudan nada a conocer ni  a reconocer las aristas y las paradojas del arte.


Usted se ha definido como "un artista de mi tiempo, no un vanguardista", y sin embargo, parece haber en su interior una necesidad constante de investigar y experimentar. ¿Cuál es la fuerza que le guía en esa búsqueda constante? ¿Hay algún tipo de miedo a repetirse?
Ser experimental tiene que ver más con una actitud ante el arte y no tanto con una estética. Vanguardista es una etiqueta que se ha banalizado ya que se le atribuye al primero que pasa por la calle y cuando eso pasa, continúo con mi desplazamiento constante en buscar los no espacios que me ayuden a seguir conociéndome a mi mismo mediante el rito de la practica artística. Ser un artista de mi tiempo supone asumir todas las paradojas y contradicciones de él y desde ahí, crear diferentes realidades, pero esas realidades no son para el futuro sino son para el hombre de hoy.


Si hay algo que le define, además de la etiqueta de heterodoxo, es su honestidad, su valentía, no sólo a la hora de enfrentarse a la "coctelera" musical sino con sus opiniones políticas y sociales. En "Colombiana" hay una "Oración militar", se intuye el lamento en "Los esclavos", ¿qué tipo de circunstacias han inspirado sus letras?

Los trabajos críticos en los que he colaborado hasta ahora se pueden contar por decenas en los cuales he compartido y sigo compartiendo espacio con un sinfin de artistas y agentes culturales que hacen de mí, después de cada proyecto, un hombre nuevo. De todo ello me voy nutriendo y muchos de los discos que he realizado han venido precedidos de estas experiencias experimentales y por ende, críticas.


"Colombiana" es un disco rico en matices, ¿cómo es su plasmación en directo?


En directo me acompañan Raúl Cantizano a las guitarras, Susana Hernández a los teclados y sintes, Víctor Martínez a las percusiones, Benito Jiménez a las luces Y Raúl Lorenzo al sonido. En un sentido escénico trabajamos inspirados por los picó colombianos y los escenarios que se suelen montar en las fiestas populares bolivianas que pude vivir hace un año durante el rodaje de la película Niños somos todos del director Sergi Cameron.


Ha dicho en una entrevista que los políticos deberían superar miedos y prejuicios, y precisamente a usted se le podría describir como un artista sin miedo y sin prejuicios. Pero ¿es así?

Hago el arte que hago precisamente como exorcismo de mis miedos. Un buscar la libertad mediante el rito artístico. Esa es mi causa.


¿Cree que el arte camina en sintonía con la marcha de un país?
El arte opera desde diferentes realidades desde donde operan la política o la sociedad en general, por lo tanto, difícil unión. De todas formas y como apunte general, no le otorgaría la valoración a esa "marcha del país" a la política en primer lugar sino que habría que valorarla concretamente desde lo cultural y artístico. Es el mejor termómetro para saber la salud de una sociedad.


¿Se considera usted un revolucionario?

No, y cada vez me gusta menos esa definición. Soy más del término revuelta, revoltoso.


¿Estamos faltos de artistas que, como usted, van mucho más allá de la creación y nos ofrecen un discurso casi filosófico y muy ilustrado (o a veces político) sobre su obra y sobre la de los demás?
Esa falta tiene que ver con el miedo al conocimiento, que no es más que, el miedo a que ese proceso rompa tu castillo de cristal y te obligue a cambiar de postura. No estamos dispuestos a ello por el miedo a reconocer que podemos estar equivocados, el pensar críticamente te aboca a ello de una forma inminente.


Le seguía en twitter y ya no le encuentro, pero tiene un instagram muy inspirado y útil para conocer sus referentes artísticos y literarios. ¿Se siente activista de las redes sociales o resulta arriesgado serlo?

Me sentía activista como muchos que veníamos de la izquierda. Pensábamos que todo espacio era bueno para creerte activista de las causas perdidas y yo fui otro que lo creyó hasta hace un año. Entendí que no sirvo para ello y que ahora, Internet supone un espacio para aprender y reflexionar alejado de la política del zasca y del hedonismo.


¿Qué está preparando, en qué proyectos está embarcado?

Estoy sumergido en dos sendos trabajos relacionados con el archivo sonoro del meca místico Val del Omar. El primero, una revisión del guión del Auto Sacramental Invisible que este crea a principio de los años 50, que tendrá forma de instalación sonora y se podrá escuchar y ver en el Museo Reina Sofía a partir del 10 de Junio. La otra propuesta es realizar un concierto y un disco a partir de sus grabaciones generadas y archivadas  para sus diferentes trabajos artísticos. Este espectáculo se estrenará en primicia en la próxima edición del Festival Sonar en Barcelona el día 19 de Junio. Ahora mismo son mis dos proyectos más inminentes.

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